Esta pintura (también muy amarilla en la imagen) es una de las más viejas que tengo por el estudio, de hace unos 10 años.
Este Mercerdes destartalado era mi coche. Tenía el radiador roto y había que llenarlo de agua más veces que de gasóil.
Pero en el caso de las fotografías que dieron lugar a este cuadro, fue precisamente el hecho de quedarme sin gasoil lo que me llevó a pararme en el arcén, y de paso que hacía autostop, sacar algunas fotos de la escena, fotos que ya perdí hace tiempo, aunque me queda el cuadro.
La carretera es un collage de periódicos con las letras siguiendo la perspectiva, y el resto del cuadro es tinta china y betún de los zapatos sobre un lienzo.
La escenita tuvo lugar en algún punto entre Burgos y Bilbao, en un invierno muy frío (de hecho había nieve y también aprovechamos la parada para tirarnos bolas).
El toro de Osborne no estaba allí, pero, igual que la estela del avión en muchos de mis cuadros, es algo que me sale a veces.
Mucha gente me dice si la forma de pene del tubo de escape está hecha a propósito así.
Pues no.
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