Mostrando entradas con la etiqueta color. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta color. Mostrar todas las entradas

domingo, 7 de marzo de 2010

VUELVE EL COLOR















Pues sí, amigos...el color ha vuelto a mi estudio, y no lo digo por las cortinas, más propias de un club de carretera que de un estudio para pintar.
Lo digo porque, después de kilómetros de pinceladas y aguadas negras, en tinta negra, dadas durante meses y meses, he llegado a la conclusión de que me he cansado de verlo todo negro, pictóricamente hablando, y he vuelto a sentir aquella sensación que tuvimos los niños del baby boom, cuando, seguramente en vísperas de algún Mundial de fútbol, nuestros padres trajeron a casa una tele ¡en color!...donde pudimos dar fe de que el presidente del gobierno, Enrique y Ana, los Payasos de la tele, y un largo etcétera de personajes de la época, no es que tuvieran la cara gris y fueran vestidos de gris todo el tiempo, ni que actuaran o hablaran siempre ante escenarios de color gris...sino simplemente que nuestras teles eran una mierda.
Recuerdo que en el tránsito entre el negro y el gris , mucho más sonado que este paso de mindundis entre lo analógico y digital, surgió algún que otro timo de la estampita, que sin duda muchos lectores de este mi humide blog recordarán, si son tan viejos como yo o más.
Allá por finales de los 70 surgió un artefacto, por llamarlo de alguna manera, que prometía hacer posible ver la tele en blanco y negro EN COLOR. No entiendo como este flagrante timo, en aquel tiempo en que, obviamente, no existía la TELETIENDA, pudo tener lugar de una manera tan masiva, sin que las masas estafadas quemaran las tiendas que les vendieron tal artilugio.
Claro que en aquella época no había servicio de atención al consumidor.
El inventazo en cuestión no era más que un plástico con tres colores difuminados en tres franjas: azul por arriba, naranja por el medio, y marrón rojizo por abajo.
Si ibas a ver una imagen estática de una playa durante horas, era posible que aquel trozo de plástico (que se vendía, eso sí, en diferentes formatos a elegir) pudiera crear un efecto lejanamente parecido a una tele en color, pero como apareciese una persona, imagen en movimiento, o prácticamente lo que fuere, en pantalla, el efecto era ridículo y humillante para el padre de familia timado, blanco de las risas de sus hijos.
Tanto es así que mis padres, aún hoy día, niegan haberlo comprado, y aseguran que todo esto me lo he inventado yo, pero gracias al poder de la red estoy seguro que encontraré testimonios similares que certifiquen que realmente eso ocurrió en miles, o quizá millones de hogares españoles.
Estoy seguro que algún día el juez Garzón lo investigará y se hará justicia por fín, en esta masiva estafa silenciada por vergüenza por nuestros padres.
En fín, esta vuelta al color y a las pinturas me ha hecho reflexionar mucho sobre la percepción que del color y del uso del mismo tienen nos espectadores del arte.
Tengo más de un amigo que, viendo mis nuevos trabajos, da por hecho que mis tiempos, inmediatamente pasados, de pintar y dibujar sin descanso utilizando sólo el negro, eran fruto de una especie de época negra de mi vida, un bache emocional en el que, según ellos, estaba sumido, y del que, siempre según ellos, acabo de salir, reflejándose todo ello en la vuelta al color.
Yo, al igual que mis padres con lo del plástico mágico, lo negaba todo, pero mis amigos no me creían, e insistían en dar crédito a su propia teoría sobre lo que creen que ha sido mi vida.
Me resulta curioso como, posiblemente por la simpleza supuestamente didáctica con la que nos han acercado al arte, especialmente en las escuelas, la gente asocia demasidado rápidamente colores con significados emocionales, y se apresura a atribuirles esos significados, como si hubiera que atribuir un significado explícito al uso de una determinada paleta.
La época azul de Picasso tuvo que ser, según estos vagos criterios, un bache atormentado del pintor, que cuando empezó la ápoca rosa es que ya todo le iba de puta madre...¿y si, simplemente, es que en la tienda donde Picasso compraba la pintura, le hacían descuento en el azul, y/o años después en el rosa?...porque, y esto lo saben los que pintan, muchas veces la cantidad de pintura que compras está en función de sus precios, que no son ni mucho menos iguales en todos los colores...y a veces el bolsillo no está para alegrías, una oferta es una oferta.
Nuestros prejuicios sobre el color son infinitos. Atribuimos a los clásicos la ausencia de color que AHORA tienen sus esculturas y arquitectura, haciendo oídos sordos al hecho, ya de sobras conocido, de que la Roma clásica tenía más colores que Port Aventura, no era el paraíso del gris que ahora es.
Nos negamos a ver que pintores atormentados como Van Gogh, Bacon o Freud han hecho de la explosión de colores su santo y seña, y que en definitiva, los colores, y entre ellos también el negro, siempre han estado ahí, hen precedido a la alegría y a la tristeza, a la melancolía a la pasión, y a la misma existencia de la egocéntrica raza humana, empeñada en valorar todo a la medida de nuestros insignificantes sentimientos.

lunes, 10 de diciembre de 2007

PLAYA



Una pintura sobre papel de mediano formato. No recuerdo bien cuando la hice. Es una de las pocas cosas que tengo enmarcadas, y además con cristal, lo que hace que se vean reflejos en la foto.

Me gusta la composición y los colores de este cuadro, en el que su caracter de representación es casi anecdótico.

La pincelada es muy gruesa y rápida e intenté no disimularla (más bien lo contrario).

Cuando veo este cuadro me acuerdo del perro enterrado de Goya (salvando la infinita distancia)

ISLA DE RÚA


Minicuadro, fruto de una impresión digital sacada de un fragmento de viñeta de LAS HISTORIAS DE MARIANO.
Hay tres copias de este cuadro, y sólo me queda una de ellas. Mide unos 7 por 7 centímetros y está montado sobre una tabla gruesa.
La isla es la isla de Rúa, en el medio de la Ría de Arosa...Uno de los lugares más impresionantes que conozco.

martes, 4 de diciembre de 2007

MINICUADROS


Estas pinturitas, de 7 por 7 centímetros, que representan objetos de todo tipo, fueron como una pequeña obsesión que me ocupó muchas tardes hace unos 6 o 7 años...de ellas salió la serie OBJETOS, de pinturas similares pero mucho más grandes.
Una serie con mucha aceptación, tanta que apenas me quedan piezas, y es una pena porque no tengo casi ninguna fotografiada...no me daba tiempo, yo creo que aquella fue la época con más ventas de mi vida...seguro que estos "objetos" tienen algo de culpa.
Si no fueran míos yo los pondría en casa...si no lo hago es porque a veces estoy hasta las narices de mis cuadros.
Invaden mi espacio...me rodean.

BARCO DE BATEA




Este es uno de mis cuadros más recientes, al que la foto no le hace mucha justicia (ya le haré otra mejor).
Desde siempre, los barcos bateeiros me han parecido preciosos, únicos.
Este es el primero de una serie de pinturas que quería hacer sobre estos barcos. Fué pintado en 2006.
Ahora estoy editando un pequeño documental sobre la Guadalupe, en Rianxo, filmado desde uno de estos barcos, el día grande de la fiesta, en el que todos estos barcos recorren el fondo de la ría a toda velocidad.
Algo digno de ver


martes, 27 de noviembre de 2007

JUNTO AL FUEGO




















Este cuadro, de pequeño formato (50x50) fué el resultado de varios bocetos hechos durante una de las clases de dibujo de modelo que daba en mi casa a un pequeño grupo de alumnos en Touro, donde viví dos años.

La modelo es Iria, una chica que vino dos veces a posar y que también usé como modelo en alguna de las viñetas de LA SIRENA, una historieta que forma parte de LAS HISTORIAS DE MARIANO, viñeta que puede verse un poco más abajo.

Esta pintura tiene una historia similar a la CAFETERA que también está en el estudio..es una pintura que refleja un poco un periodo de transición en mi pintura, en la que estaba abandonando el contorno negro grueso y los colores planos, propios del cómic, y buscando otros materiales complementarios con la pintura plástica, que hasta entonces era lo único que utilizaba.

En concreto, en este cuadro el cuerpo está pintado con esmalte dorado y pintua roja, a la que añadí directamente barnices que apliqué de un modo desigual.

De este cuadro me gusta particularmente la combinación de colores y el efcto expresivo de los tonos rojos.

La modelo estaba apoyada en la cornisa de la lareira que tenía en casa, de modo que la parte en sombra de su cuerpo (sombra de un foco potente que iluminaba desde atrás) también estaba leve y desigualmente iluminada por el fuego encendido (de no haber estado el fuego encendido sería imposible aguantar en esa casa, que era una nevera, y mucho menos posando).

Es similar a una serie previa llamada "maniquí", que tambien eran fragmentos de cuerpo, pero con una estética mucho más cercana a los comics.

lunes, 26 de noviembre de 2007

CAFETERA


Para mucha gente, este es uno de mis mejores cuadros. De hecho, es el que más veces me han querido comprar. Siempre he tenido que decir que no, porque ya tiene dueña. aunque por suerte vive en mi casa y así no se lleva el cuadro.
El cuadro representa una cafetera de mi madre, que aún tiene, y que he dibujado muchas veces. Es un objeto precioso, de esos que por sí sólos emanan belleza.
Había pintado, entre el 2000 y 2002, una larga serie de pinturas de pequeño-mediano formato, a la que llamé "objetos" y que tuvo buenas ventas.
Eran objetos de uso cotidiano, representados de forma sumamente simple, con gruesos contornos y colores planos, muy en la línea del diseño o los comics.
Si me dedicase en exclusiva a hacer y vender ese tipo de cuadros sin duda podría vivir bien de la pintura, pero llegó un momento que esa forma de trabajar se me hizo aburrida y comencé a hacer cosas donde el gesto, la textura y la materia estaban más presentes.
En ese periodo de transición hice esta cafetera, que tiene un poco (o mucho) de aquella serie OBJETOS y un poco de lo que hice más tarde, con presencia de barnices, lápices carbón, y a veces collages dentro de la pintura.
No abandoné ese trazo grueso y colores planos, pero lo trasladé a los COMICS. En esa época hice una primera MINISTORIA llamada EXPEDICIÓN A MARTE que estaba basada en cuanto a estilo en esta serie de pinturas sobre objetos.
Estas ministorias, llamadas así por su radical minimalismo formal, y porque sólo tenían 12 viñetas, tuvieron tan buena acogida que seguí tirando por esa línea, dentro del cómic, y encontrando nuevos recursos formales y narrativos que culminaron en las HISTORIAS DE MARIANO, un comic book que también está presente en el estudio, y que va camino del volumen 3.