Para mucha gente, este es uno de mis mejores cuadros. De hecho, es el que más veces me han querido comprar. Siempre he tenido que decir que no, porque ya tiene dueña. aunque por suerte vive en mi casa y así no se lleva el cuadro.
El cuadro representa una cafetera de mi madre, que aún tiene, y que he dibujado muchas veces. Es un objeto precioso, de esos que por sí sólos emanan belleza.
Había pintado, entre el 2000 y 2002, una larga serie de pinturas de pequeño-mediano formato, a la que llamé "objetos" y que tuvo buenas ventas.
Eran objetos de uso cotidiano, representados de forma sumamente simple, con gruesos contornos y colores planos, muy en la línea del diseño o los comics.
Si me dedicase en exclusiva a hacer y vender ese tipo de cuadros sin duda podría vivir bien de la pintura, pero llegó un momento que esa forma de trabajar se me hizo aburrida y comencé a hacer cosas donde el gesto, la textura y la materia estaban más presentes.
En ese periodo de transición hice esta cafetera, que tiene un poco (o mucho) de aquella serie OBJETOS y un poco de lo que hice más tarde, con presencia de barnices, lápices carbón, y a veces collages dentro de la pintura.
No abandoné ese trazo grueso y colores planos, pero lo trasladé a los COMICS. En esa época hice una primera MINISTORIA llamada EXPEDICIÓN A MARTE que estaba basada en cuanto a estilo en esta serie de pinturas sobre objetos.
Estas ministorias, llamadas así por su radical minimalismo formal, y porque sólo tenían 12 viñetas, tuvieron tan buena acogida que seguí tirando por esa línea, dentro del cómic, y encontrando nuevos recursos formales y narrativos que culminaron en las HISTORIAS DE MARIANO, un comic book que también está presente en el estudio, y que va camino del volumen 3.
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