Pintado el 28 de enero de 2008 en el estudio, muy rápidamente a partir de un boceto.
Casi siempre que pinto algo basandome en un boceto previo, el resultado es insatisfactorio, porque parte de la fuerza que hay en ese boceto se pierde en el trabajo final.
Pero esta vez no ha sido así, y el resultado final supera con creces al boceto, en su frescura, y en la rotundidad del trazo y de las manchas.
Será porque lo hice muy rápido, casi sin pensar, con prisa por cerrar el estudio en el que llevaba horas.
Usé sólo el agua manchada de limpiar los pinceles en el color de la piel, con el blanco del papel como base, aparte del azúl del fondo, claro.
Las prisas a veces son buenas consejeras, cuando uno tiene el día bueno.
Será eso que llaman inspiración.
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